Sobran las palabras:
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
Think. Change. Do.
Me da la impresión de que hubiesen pasado años desde la primea entrada. Han pasado muchas cosas y, a la vez, tan pocas cosas distintas que no he sabido muy bien qué escribir. Además de que los últimos días llego tan cansada a casa que lo último que quiero es ponerme a pensar...
De todos modos, creo que hoy es un buen momento para continuar.
Una de las cosas que más me gustan de la UTS es que nada se da por sabido. De hecho, aunque las clases comienzan las semana que viene y, en realidad, para ellos, este es el segundo cuatrimestre, esta semana está llena de eventos y reuniones para todos los estudiantes, especialmente para nosotros, los de intercambio.
En estos dos días de la Orientation Week he asistido a varias reuniones muy clarificadores y amenas, a una fiesta de la asociación ESAC y a una barbacoa gratis organizada por la universidad. Sin contar los eventos que organiza la propia residencia.
Mañana hay una excursión para subir a Harbour Bridge, después una reunión de los Resident Networkers (RN) de la residencia, una Cocktail Party para alumnos de intercambio y un tour por las distintas bibliotecas de la ciudad. También cursos exprés para saber cómo citar en los trabajos, dónde y a quién pedir ayuda, tours guiados por el campus (he de decir que son completamente necesarios), etc.
Además, por todo el campus te encuentras a gente con camisetas naranjas que te responden a cualquier duda que tengas. Solo necesitas mirar a tu alrededor con cara de estar perdido para que inmediatamente se te acerque uno y amablemente te explique o te lleve a donde necesites.
Pero aún así, lo que me parece más importante aún si cabe y que supone la principal diferencia entre la UTS y la UMA es que aquí ¡la secretaría sirve para algo! He de apuntar que el curso anterior he tenido ciertos problemas burocráticos en la UMA y me he pasado prácticamente el curso entero en secretaría. Quien ha pasado algún tiempo conmigo lo sabe. En tan solo unos minutos me han resuelto un problema que tenía con la matrícula sin mandarme a ninguna otra parte ni decirme que me falta no sé qué papel etc.
(Continúo el día siguiente porque acaban de llegar unos amigos y vamos a cocinar y ver una peli: Limitless. Altamente recomendable)
El título de esta entrada es el eslogan de la facultad y creo que expresa al 100% lo que esta universidad representa para todos los que estamos aquí.
Aquí os dejo una foto del edificio de la universidad.sábado, 23 de julio de 2011
El primer dia de un año o lo que implica tenerla como un piano
Bueno, ¿por dónde empezar? Probablemente lo mas adecuado sea comenzar situándome. Ahora mismo estoy aproximadamente a unos 15361,2km de mi país, en otro continente en la otra punta del mundo, en una ciudad enorme y en un "ciber" porque mi querido ordenador, el cual ha funcionado perfectamente durante los ultimos 3 años ha decicido que era el momento de tomarse un descanso y no tiene la intención de proporcionarme una conexión a Internet por mucho que se lo suplique. Es por esto que esta entrada de blog puede que sea una de las más caras de la historia, a unos AU$2.5 la hora (y creo que ya llevo dos).
Ayer fue mi primer día en lo que será mi hogar durante los próximos 12 meses: the UTS Students Residence "Gumal Ngurang", que es aborigen y significa "lugar agradable". Y la verdad es que no podrían haber acertado mejor con el nombre.
Voy a contar un poco cómo ha empezado todo y además paso a enumerar la primera implicación de tenerla como un piano.
Lo más importante, y lo que se nos suele olvidar a todos es que, el inmenso tamaño del órgano en cuestión a veces nos hace tomar decisiones precipitadas por un exceso de confianza en nosotros mismos. El problema viene cuando empiezas a darte cuenta de las dimensiones del fregado en el que te has metido. Esto me pasó a mí, más o menos, cuando sobrevolaba Mongolia. Fue el momento en el que te lo planteas todo y dices "¿Qué cojones estoy haciendo?" y más importante aún: "¡¿Que cojones hago yo en Seul?!". A diferencia de las personas que sufren una incurable atracción hacia las asiáticas, para mí Corea del Sur no es precisamente el lugar al que quería haber ido antes de morir. Pero allí tuve que estar 12 horitas de nada aprovechando para ver atascos en primera persona y un palacio imperial muy bonito pero que, después de 2 horas viendo tatamis también cansa. Eso por no mencionar la comida coreana que, la verdad, no creo que forme parte JAMÁS de mi repertorio gastronómico. Pero bueno, como las "desgracias" unen mucho, nos juntamos todos los españoles del avión y acabamos tomándonoslo todo con mucho humor.
Aproximadamente unas 20 horas después el avión pisó terreno Sydneriano y para mí comenzaba una nueva etapa en mi vida. Una etapa que comenzaba lloviendo...
Creo que hablo por la inmensa mayoría de la población mundial cuando afirmo que cuando dices "Australia" o "Sydney" se piensa, vale, sí, en canguros y animales raros, pero también en playas paradisíacas, gente en bikini, surferos... Mi primera impresión cuando salí del aeropuerto fue que me estaban tomando el pelo. ¡La que estaba cayendo! Me habría dado igual si fuese algo puntual, pero es que llevo aquí ya 3 días y todavía no he visto la luz del sol.
En fin, no todo son catástrofes, al fin y al cabo me estoy dejando una pasta en todo esto y algo bueno tendrá que tener, ¿o no? Vayamos por partes.
1. 6h de autobús + 14h de avión + 12h Seoul + 10h avión = Mucho tiempo al borde del suicidio
2. 25€ de pasaporte + 25€ de certificado académico + 40€ de traducción del CA + 180€ de pruebas médicas + 435€ de visado + AU$30 de reserva de residencia + AU$700 de fianza de residencia + 870€ de vuelo + 20€ de autobus + 40$ de visita a Seoul + AU$11000 de residencia + AU$100 de ropa de cama, etc = ¿He mencionado que aún no tengo nada comestible en casa?
3. 3 días en los que es mejor no salir de casa y encima el alcohol está por las nubes
PEEERO...
¡Al fin me he mudado! Tengo un cuarto que aún está algo vacío y no conozco aún a mucha gente, pero mis compañeros o, como se dice aquí, mis flatmates, son la ostia. Tengo que apuntar que no los conozco demasiado y que mis anteriores compis dejaron el liston muy alto, pero la cosa promete.
Y aunque por ahora el glande de Alena (Rusia) y Saeed (Jordania) y muchos otros cuyos nombres no recuerdo (Jim Beam, you know...) no llegue al tamaño del de mis compis granado-malaguitas del piano de cola de la opera de Viena sí que se puede ir apreciando, al menos, un CASIO que promete bastante.
Todo esto amenizado con una terraza, una barbacoa, una botella de whisky, una mesa de billar y mucha gente loca chapurreando inglés.
Sí, definitivamente, y para que se vaya notando que estoy en Australia: I will have a great time.
¡¡Un beso a todos!!
PD: No me voy a gastar más dinero en poner esto bonito, ya lo haré cuando mi PC decida que ha tenido suficientes vacaciones.
Ayer fue mi primer día en lo que será mi hogar durante los próximos 12 meses: the UTS Students Residence "Gumal Ngurang", que es aborigen y significa "lugar agradable". Y la verdad es que no podrían haber acertado mejor con el nombre.
Voy a contar un poco cómo ha empezado todo y además paso a enumerar la primera implicación de tenerla como un piano.
Lo más importante, y lo que se nos suele olvidar a todos es que, el inmenso tamaño del órgano en cuestión a veces nos hace tomar decisiones precipitadas por un exceso de confianza en nosotros mismos. El problema viene cuando empiezas a darte cuenta de las dimensiones del fregado en el que te has metido. Esto me pasó a mí, más o menos, cuando sobrevolaba Mongolia. Fue el momento en el que te lo planteas todo y dices "¿Qué cojones estoy haciendo?" y más importante aún: "¡¿Que cojones hago yo en Seul?!". A diferencia de las personas que sufren una incurable atracción hacia las asiáticas, para mí Corea del Sur no es precisamente el lugar al que quería haber ido antes de morir. Pero allí tuve que estar 12 horitas de nada aprovechando para ver atascos en primera persona y un palacio imperial muy bonito pero que, después de 2 horas viendo tatamis también cansa. Eso por no mencionar la comida coreana que, la verdad, no creo que forme parte JAMÁS de mi repertorio gastronómico. Pero bueno, como las "desgracias" unen mucho, nos juntamos todos los españoles del avión y acabamos tomándonoslo todo con mucho humor.
Aproximadamente unas 20 horas después el avión pisó terreno Sydneriano y para mí comenzaba una nueva etapa en mi vida. Una etapa que comenzaba lloviendo...
Creo que hablo por la inmensa mayoría de la población mundial cuando afirmo que cuando dices "Australia" o "Sydney" se piensa, vale, sí, en canguros y animales raros, pero también en playas paradisíacas, gente en bikini, surferos... Mi primera impresión cuando salí del aeropuerto fue que me estaban tomando el pelo. ¡La que estaba cayendo! Me habría dado igual si fuese algo puntual, pero es que llevo aquí ya 3 días y todavía no he visto la luz del sol.
En fin, no todo son catástrofes, al fin y al cabo me estoy dejando una pasta en todo esto y algo bueno tendrá que tener, ¿o no? Vayamos por partes.
1. 6h de autobús + 14h de avión + 12h Seoul + 10h avión = Mucho tiempo al borde del suicidio
2. 25€ de pasaporte + 25€ de certificado académico + 40€ de traducción del CA + 180€ de pruebas médicas + 435€ de visado + AU$30 de reserva de residencia + AU$700 de fianza de residencia + 870€ de vuelo + 20€ de autobus + 40$ de visita a Seoul + AU$11000 de residencia + AU$100 de ropa de cama, etc = ¿He mencionado que aún no tengo nada comestible en casa?
3. 3 días en los que es mejor no salir de casa y encima el alcohol está por las nubes
PEEERO...
¡Al fin me he mudado! Tengo un cuarto que aún está algo vacío y no conozco aún a mucha gente, pero mis compañeros o, como se dice aquí, mis flatmates, son la ostia. Tengo que apuntar que no los conozco demasiado y que mis anteriores compis dejaron el liston muy alto, pero la cosa promete.
Y aunque por ahora el glande de Alena (Rusia) y Saeed (Jordania) y muchos otros cuyos nombres no recuerdo (Jim Beam, you know...) no llegue al tamaño del de mis compis granado-malaguitas del piano de cola de la opera de Viena sí que se puede ir apreciando, al menos, un CASIO que promete bastante.
Todo esto amenizado con una terraza, una barbacoa, una botella de whisky, una mesa de billar y mucha gente loca chapurreando inglés.
Sí, definitivamente, y para que se vaya notando que estoy en Australia: I will have a great time.
¡¡Un beso a todos!!
PD: No me voy a gastar más dinero en poner esto bonito, ya lo haré cuando mi PC decida que ha tenido suficientes vacaciones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)